martes, 27 de septiembre de 2011

Cuando el "cómo" evoluciona más que el "qué".



Las formas de comunicación han cambiado vertiginosamente en estos últimos años.
El contenido, no tanto.

Porque si bien hay marcas que han entendido la nueva dinámica comunicacional, basada en las redes sociales y la geolocalización, la gran mayoría ha intentado adaptarse al medio conservando mensajes intrusivos, repetitivos y con poco contenido.

Hoy, crear una Fan Page en Facebook o un perfil en Twitter parece ser un "must" para cualquier empresa, cuando en realidad ese "must" debería ser primero preguntarse y analizar si estos vehículos de comunicación son realmente necesarios para la estrategia de su marca.

Está claro que la gente, por lo menos en Facebook parece tener el "me gusta" fácil. Sin embargo, eso no implica que entienda, acepte y asimile correctamente los reiterados mensajes que las marcas ponen en sus muros. O que siquiera los considere relevantes.

Ahí es donde entra en juego ese concepto que marca la diferencia entre una comunicación efectiva, interactiva y relevante; con la típica "ametralladora" publicitaria del siglo pasado: la EXPERIENCIA. Experiencia no (sólo) entendida como "trayectoria", sino como esa vivencia relevante y memorable para el consumidor, que ya se ha convertido en usuario, mutando de la pasividad de décadas anteriores a una actitud mucho más proactiva. El consumidor espera que la marca llegue con su mensaje, el usuario sale a su encuentro.

Con esto no quiero decir que la vieja estrategia de repetir mensajes por diversos medios, de manera continua, intrusiva y hasta exagerada (no olvidar la reciente campaña política para las Elecciones Primarias), carezca de efectividad. De lo que sí dudo es de su eficacia, en base a los presupuestos destinados. Tal vez sea sólo mi parecer, pero veo a muchas marcas desperdiciando grandes cantidades de dinero en producciones y pautas que transmiten mensajes vacíos, inocuos, insulsos e irrelevantes para el público. Noten la utilización de la palabra "público" en vez de "target", el cual muchas veces queda perdido "dentro del montón", especialmente cuando hablamos de los medios masivos de comunicación.

Ahí está la otra cuestión: ¿cuánto se gasta en research para poder determinar un público objetivo? Y una vez que tenés identificados a esos potenciales consumidores y que construís un mensaje que sea relevante para ellos, pautás en medios ultramasivos a ver si en una de esas "le pegás" a esa persona que tanto investigaste. ¿No sería mejor aprovechar las herramientas interactivas del presente para poder hablarle de "tú a tú", detectando esos momentos donde el consumidor es más permeable a los mensajes?

Es en esta última cuestión donde me parece que reside el desafío de la comunicación en los tiempos que corren y correrán. Las marcas deberán dejar de ser "intrusas" en la vida de la gente, para comenzar a ser "compañeras". Para poner un ejemplo: deberán dejar de ser esa persona que llega a las 2 de la mañana a tu casa, golpeándote la puerta y gritando para que la atiendas; para convertirse en ese amigo que te llama para proponerte una salida copada, cuando mejor te parezca.

Esa "salida copada" no es más ni menos que el componente fundamental de la publicidad: la IDEA. Sin ideas creativas, potentes, que te hagan pensar y emocionar a la vez, la labor publicitaria se hace mucho más complicada. En un mundo que constantemente inventa nuevos "cómos" (medios, formatos, plataformas), el "qué" (idea) surge como el verdadero diferencial de una marca. Porque tener la última tecnología a disposición, sin tener un mensaje fuerte que la potencie, puede resultar poco efectivo. Y digo "poco", porque se han podido ver varios casos donde la verdadera idea residía justamente en la tecnología utilizada para comunicar el mensaje publicitario. Si para una marca, la "gran idea" es usar mapping o iPads en sus comunicaciones, creo que realmente no está entendiendo las nuevas dinámicas.

Para cerrar, y hablando específicamente de las redes sociales, las marcas deberían dejar de armar promos para que la gente las "likee" o les haga "follow", de publicar copys de gráfica en sus muros y de hacer preguntas para que sus consumidores se sientan "incluidos". Creo que las marcas deben crear espacios atractivos, donde a la gente le guste estar y compartir cosas. Donde se vivan experiencias con la marca como posibilitadora, y no como protagonista, ya que ese rol lo deben ocupar los consumidores.

Ya que hoy (y mañana), el poder lo tendrán ellos. 




Transiciones



¿Cuándo dejaremos de ser "pueblo" y empezaremos a ser "sociedad"?
¿En qué momento el "que se vayan todos" mutará en un "que no vuelva ninguno"?
¿Llegará el momento en el que la "redistribución de la riqueza" incluya al 5% más rico?
¿Alguna vez los "humildes" dejarán también de ser "prepotentes"?
¿Veremos algún día un "plan social" que sea realmente un "proyecto social"?
¿Tendremos la posibilidad todos de incrementar nuestra riqueza de manera proporcional a la de los que nos gobiernan?
¿Nuestros padres y abuelos, alguna vez podrán vivir solamente de su jubilación?
¿Tomaremos decisiones pensando en cómo repercutirán dentro de 20 años, en vez de 20 minutos?

viernes, 16 de septiembre de 2011

Siempre tarde



La máquina excavadora se pone en funcionamiento después del accidente.
La policía encuentra sospechosos después del asesinato.
Se toman medidas de seguridad en los bancos después de que le disparan a una embarazada.
Se implementa el SUBE después de que haya escasez de monedas.
Y así, miles de ejemplos más.

No sé si es sólo incompetencia o una burla hacia toda la sociedad.

martes, 6 de septiembre de 2011

Medios: Elegir no elegir.



La batalla entre medios y gobierno se está haciendo cada vez más dura. Acusaciones destituyentes, periodistas que opinan más de lo que informan, denuncias por aquí, atentados contra la libertad de expresión por allá.

¿Alguna vez se preguntaron el por qué de este continuo enfrentamiento?

¿Realmente creen que lo que está en juego es "la libertad de expresión" y "el derecho a informarse con la verdad"?
¿Somos tan ingenuos como para creer que un noticiero, un programa de radio o un periódico pueden "lavarle la cabeza" a sus consumidores?
Del mismo modo, ¿cómo el gobierno puede pensar que un multimedios (hegemónico o no) tiene el suficiente poder como para "plantar" ideas falsas en la cabeza de la gente?

La explicación es muy sencilla.

El gobierno (con razón o no) subestima a la gente. Los multimedios, también.
Ambos piensan en ella como un conglomerado de seres vacíos que se exponen, sin elegirlo, a diversos canales de información (programas de TV y Radio, diarios, revistas, blogs, etc), absorbiendo como esponjas y sin filtro todo lo que se le arroja.
Creen que cuanto más medios posean, más posibilidades de bombardear e implantar pensamientos (en caso de que los haya) tendrán.
Lo que no saben (o quieren ignorar) es que todos los receptores de información contamos con varias herramientas, muchas de ellas innatas, para contrarrestar todos estos "efectos".

Sabemos a qué nos exponemos:

Clarín no se fundó ayer. Tinelli no empezó a mostrar culos la semana pasada. Rial no comenzó a meterse en la vida privada de la gente hace unas horas. La gente sabe a lo que se expone, y lo acepta. Tiene una opinión formada sobre ellos. Los interpela constantemente.

Tenemos miles de maneras de informarnos:
Los multimedios (privados o gubernamentales) no son la única fuente de información. En la era de Internet, acceder a datos, estadísticas, opiniones de cualquier persona, en cualquier parte del mundo, de manera instantánea, es muy simple. Creer que hay pocas "voces" es ignorar que estamos en una época donde expresarse nunca resultó tan sencillo.

Existen los preconceptos:
Antes de exponernos a un medio determinado, llevamos con nosotros ideas predefinidas que son difíciles de cambiar en media, una o más horas. Si sufrimos varios episodios delictivos, no vamos a creerle al Ministro cuando dice que lo de la inseguridad es una "sensación", ya que nuestra propia vivencia nos ha llevado a creer lo contrario. Asimismo, si creemos que el aborto es algo que debe legalizarse, la exposición de un especialista en un programa de cable puede resultarnos inocua. O como mucho llevarnos a dudar, lo cual resulta muchas veces beneficioso (recordar a René Descartes), ya que estimula los mecanismos de pensamiento. Pero es muy difícil para una persona "entrenada" en la exposición a los medios, cambiar de opinión sobre un tema con tan sólo una serie de palabras "mágicas" arrojadas por diversos actores mediáticos.


"La única verdad es la realidad":
Esta frase de Aristóteles tiene una vigencia impresionante. Por más que consumamos información sin parar, al salir a la calle podemos darnos cuenta de si esos datos son veraces o no (excepto, claramente, para aquella info que provenga de otras latitudes). Por más que el INDEC nos diga que hay un 0,4% de inflación durante el mes, al llegar a las góndolas de los supermercados nos damos cuenta de todo lo contrario.

Todos somos creadores de contenidos:
Internet nos da la posibilidad, simple y gratuita, de poder expresarnos como queramos. A través de las redes sociales, de los blogs y mismo en los comentarios de algunos portales de "medios hegemónicos", todos podemos expresar nuestros pensamientos. Y, salvo que vivamos en China (cuyo "comunismo de mercado" lo dejaremos para un próximo post), es casi imposible no encontrar un espacio para poder plasmar nuestras ideas y compartirlas con el resto.


Zapping Mode "On":
Un verdadero deporte, que todos podemos practicar en cualquier momento. En segundos podemos pasar de ver a Lanata en TN, a escuchar lo que tienen para decir (o lo que les dicen que tienen que decir) los columnistas de 6,7,8. Y si nos aburrimos, podemos ver un canal de cocina, o un partido de beach soccer, o lo que se nos ocurra. La oferta es variada. No hay un "Gran Hermano" (en referencia a 1984 y no al reality, por supuesto) que monopolice los medios y nos bombardee constantemente con mensajes proselitistas.

Existen los botones de "Off":
Ésta es tal vez el "arma" más poderosa con la que contamos. Podemos elegir no elegir. Podemos apagar la TV o la Radio, dejar de leer un diario, no ingresar a un portal de internet. Podemos evitar, de una manera muy simple y rápida, exponernos a información, datos y opiniones que intentar atacar constantemente nuestra subjetividad. Y no pasa nada, no nos perdemos mucho.

Es más, tal vez estemos ganando un poco de esa libertad por la que todos están peleando hoy en día.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Justicia es otra cosa.



Justicia no es sólo que vayan presos los asesinos, sino que todos podamos salir a la calle seguros de que vamos a volver a casa sanos y salvos.

Justicia no es discutir la pena de muerte, es discutir la muerte de las penas, con condenados que salen de la cárcel muy rápido y fácil.

Justicia es recordar que por cada Candela, hay 3 chicos que desaparecen todos los días en un país que sólo recuerda a los desaparecidos de los '70.

Justicia es que sólo vivan entre rejas los delicuentes, no los ciudadanos.

Justicia es que tus hijos puedan ser libres de jugar, en vez de vivir encerrados embobándose con la compu, los videojuegos y la TV.

Justicia es que los encargados de brindarnos seguridad hagan su trabajo antes y no después de cada crimen.

Justicia es que la policía tenga un sueldo digno, que evite las coimas, las mafias y la connivencia con los delicuentes.

Justicia es poder usar el transporte público sin estar mirando a todos lados, buscando quiénes nos pueden llegar a robar.

Justicia es que no sólo importen los desaparecidos en los '70 y sus madres, sino que todos los que hayan perdido un hijo tengan la posibilidad de recibir ayuda del Estado.

Justicia no es poner un moño negro en tu perfil, sino un voto que ayude a cambiar esto en Octubre.

Necesitamos justicia proactiva, que prevenga, y no sólo reactiva, que castigue.

La foto de Scioli viendo el cuerpo sólo dice "otra vez llegamos tarde". O tal vez todavía estén lejos de llegar.