jueves, 8 de agosto de 2013

Votar día a día



Se acerca un nuevo período electivo, comenzado por este simulacro democrático que son las PASO: una gran encuesta abierta (y obligatoria) para que los candidatos de turno sepan qué estrategia desarrollar de cara a las Legislativas de octubre.

A la hora de decidir su voto, tal vez muchos aún estén dudando. Y esto no es porque la "oferta de candidatos" sea muy tentadora, sino porque la apatía política aún persiste, a pesar de los intentos oficialistas de devolver esa épica muchas veces vacía e inútil que supo caracterizar otros tiempos, muchos más convulsos que los que hoy nos tocan vivir, después de 30 años consecutivos de una "pseudodemocracia".

A esos indecisos, apáticos, fanáticos o descreídos, los invito a hacer un ejercicio simple, cotidiano, que tal vez los pueda ayudar a dilucidar su elección por uno u otro candidato (recordemos que los partidos políticos ya no existen como tales, lo que limita la votación a figuras fugaces -y no tanto-).

Este ejercicio empieza bien temprano, justo cuando suena tu despertador y termina más o menos tarde, dependiendo de la hora a la que te vayas a acostar. El mismo consta simplemente de preguntas, que surgen de las acciones diarias que la mayoría de nosotros realizamos, casi automáticamente.

Acá va:

1) Suena el (maldito) despertador. Ponés el snooze una, dos, tres veces. No te queda otra que levantarte. Vas medio dormido hasta el baño, cuidando de no chocarte con ninguna de las patas de la cama o de la mesa del living. Entrás al baño y vas directo al inodoro para "aliviarte". Mientras hacés lo que tu cuerpo te pide, podés preguntarte ¿tengo cloacas o no? ¿por qué? ¿y en el resto del país, cuántos tienen acceso a este servicio básico? ¿de quién es la responsabilidad?

2) Ahora abrís la canilla para lavarte las manos (como muchos políticos) y la cara. Más despierto, ya te podés preguntar ¿tengo agua corriente o de pozo? ¿por qué tengo una y no la otra? ¿se invirtió en mejorar la red de agua? ¿quién está a cargo de eso?

3) Mientras ponés el agua para el mate, el té o el café, prendés la TV o la radio para informarte sobre lo que pasó y va a pasar en el día. Y acá llega una pregunta clave ¿qué canal o programa pongo? ¿por qué? ¿creo en todo lo que me dicen? ¿pienso que de algún modo están formando mi opinión acerca de los temas cotidianos? ¿cuántas veces durante el día me expongo a los mismos medios o comunicadores? ¿quién o quiénes están detrás de cada programa? ¿qué es lo que buscan? 

4) Mientras escuchás las noticias, abrís la heladera para prepararte algo para comer. Y la imagen de lo que tenés refrigerado te hace preguntar ¿cuánto me está costando ahora llenar la heladera? ¿qué cosas ya no puedo consumir más? ¿por qué? ¿en promedio, está más llena o vacía que los últimos meses? ¿a qué se debe? ¿realmente están funcionando las políticas contra la inflación o ésta es sólo otra "sensación" impulsada por los medios opositores? 

5) Comés algo a la apuradas, como casi siempre y salís corriendo para el laburo. Mientras le das dos vueltas de llave a la cerradura, te ponés a pensar ¿tengo un buen trabajo? ¿cuánto me costó conseguirlo? ¿y eso, fue gracias a mi esfuerzo personal, a una política gubernamental o un poco de ambos? ¿estoy trabajando de lo que me gusta? ¿estoy ganando bien? ¿el sueldo me alcanza todos los meses o cada vez menos? ¿y por qué será? ¿tengo miedo de que si las cosas siguen igual o peor, dentro de poco pueda perder mi puesto? ¿estoy en blanco, en negro o en "gris"? ¿por qué? ¿está bien lo que me descuentan por ganancias? ¿y el resto de los descuentos en mi recibo de sueldo, se ven reflejados en más y mejores servicios?

6) Un poco aturdido por tantas preguntas tan temprano, vas hasta la parada del colectivo o a la estación de subte o tren más cercana. Acá aparecen otras preguntas clave: ¿cómo estoy viajando todos los días? ¿voy cómodo o apretado como ganado? ¿cuánto estoy pagando de pasaje? ¿es justo el precio del boleto para el servicio que me prestan? ¿cuánto estoy tardando en llegar a destino, si es que llego? ¿viajo con miedo a que haya algún accidente grave? ¿confío en la gente que maneja el transporte que me lleva? ¿cómo veo a la politica de transporte de los últimos años? ¿estoy conforme?

6bis) Si no usás el transporte público, te subís a tu auto. Y, junto con el vehículo, arrancan también estas preguntas: ¿cuánto me cuesta mantener el auto por mes? ¿es negocio? ¿por qué pago una cochera para guardarlo en vez de dejarlo en la calle? ¿cuánto estoy gastando de combustible mensualmente? ¿está bien ese precio? ¿por qué? ¿por qué hay tantos autos en la calle? ¿por qué muchos están "invirtiendo" en comprar autos? ¿a qué se debe?

7) Si tenés hijos, antes de partir rumbo al laburo, los dejás en la escuela. Mientras los ves entrar, te cuestionás ¿por qué los estoy mandando a una escuela pública o a una privada? ¿cuántos días de clase tuvieron en el año? ¿por qué? ¿confío en que les están dando una educación de calidad y en que cuentan con todas las herramientas cognitivas y físicas para desarrollar sus capacidades? ¿están realmente aprendiendo más y mejor?

8) Si tenés suerte, llegás al laburo en tiempo y forma. Te ubicás en tu puesto de trabajo y, en los ratos libres, te metés en internet a ver "qué está pasando". Es un buen momento para preguntarte ¿en qué sitios entro para informarme? ¿por qué? ¿confío en la info que me dan? ¿y en las redes sociales, qué está pasando, qué opinan mis contactos sobre la realidad cotidiana? ¿todos opinan como yo o algunos están en la vereda opuesta? ¿por qué algunos atacan o defienden a ultranza a personas que ni conocen? ¿es verdad que hay mucha violencia verbal en las redes ahora? ¿por qué será? Y lo más importante ¿por qué me siguen apareciendo publicidades políticas vacías de contenido cada vez que quiero ver algo en Youtube?

9) Después de una ¿ardua? mañana laboral, llega la hora del almuerzo. Entre bocado y bocado, te ponés a pensar ¿me estoy alimentando bien? ¿por qué? ¿será por una cuestión de salud, económica o ambas? ¿cuánto me está costando comprarme la comida? ¿será que puedo almorzar por $3 como dice el INDEC? ¿a cuánta gente en el país le está costando acceder a las 4 comidas diarias fundamentales para tener una calidad de vida aceptable? ¿a qué se debe?

10) Justo cuando estás por dormirte una siesta, te acordás de que tenés que volver a tu puesto. Cuando te das cuenta, ya es hora de salir y volver a casa.  Es de noche. Y te preguntás ¿me da miedo volver a casa de noche? ¿por qué? ¿me siento seguro/a caminando por la calle a esta hora? ¿si veo un policía o una patrulla, me tranquilizo o me preocupo? ¿la "sensación de inseguridad" es real o un invento más?

11) Finalmente, y con un poco de suerte tal vez, llegás a tu casa. Dejás las llaves, tu mochila, maletín o cartera y te desplomás en el sillón o la cama. Repasás tu día. Pensás en todas estas cuestiones y te hacés una última pregunta: ¿hay algún político con propuestas sólidas, creíbles y viables que puedan resolver todo esto que me pasa día a día?

Si tenés una respuesta, el domingo la vas poner en la urna.
Pero si no encontrás a nadie que la pueda responder, es tiempo de repensar todo el sistema político-democrático que nos rodea.

Y que hace que todos los días sean iguales. O peores.